viernes, 6 de octubre de 2017

Segundo paper relacionado, resumen y algunos comentarios


Catro, J. & Farina, C. (2014). Hacia un cuerpo de la experiencia en la educación corporal. Revista Brasileira de ciencias do esporte [en línea], Nº 2. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=401339565012

Este texto, a pesar de su densidad teórica la cual a veces pareciera del todo tediosa y a ratos confusa, es de  mucha utilidad principalmente, porque transita por diversos autores, muchos practicantes de la etnografía y otros tantos que pertenecen a la literatura académica clásica, los cuales deben ser integrados en un trabajo futuro y, por ende, ameritan una revisión . Es por lo anterior, que al momento de realizar una discusión teórica o bibliográfica, que este artículo se vuelve tremendamente interesante y útil, puesto que, además todo se encuentra compactado en pocas páginas. A modo práctico,  se relaciona con el trabajo investigativo al plantear cuerpos en potencia, cuerpos en conexión con el ambiente y con otros cuerpos, cuerpos influenciables y transformables, todas ideas muy aplicables a las danzas y juegos, debido al trabajo en equipo por el cual se realizan las actividades corpóreas en el escultismo.

Hacia un cuerpo de la experiencia en la educación corporal (2014) es un artículo de corte bibliográfico, por ende en el se revisa ampliamente la teoría, puntos y contrapuntos de esta. Cuando los autores hablan de cuerpo de la experiencia piensan en (…) lo que puede un cuerpo y a través de lo que puede el poder con ello (p.180), es decir, de la potencia creativa del cuerpo. A su vez, cuerpo de la experiencia se trata del sentir del cuerpo en la experiencia del contacto con la realidad y sus componente. En la descripción de este proceso los autores ocupan a Clarice Lispector (2010) en su descripción realizada en Agua viva. Es esta idea de cuerpo la que se trata de llevar al espectro de la Educación Corporal. Desde el sentir del cuerpo en la experiencia, se vuelve importante la noción de cuerpo encarnado, los autores dirán: Quien percibe es un sujeto hecho carne con el mundo, un ser-en-el-mundo (p. 180). Cuando dicen carne, se refieren a un cuerpo que siente, que es sensible al mundo y que no se puede desconectarse de este. En este caso ocupan la definición de Merleau-Ponty (1993).

Ahora, desde Nietzsche (…) la experiencia encarnada es el movimiento, desde el cual el cuerpo manifiesta su potencia transformadora del mundo y de sí mismo (p. 180) Que es básicamente a lo que estamos aludiendo anteriormente, sólo que esta vez se suma un nuevo concepto importante para continuar con el desarrollo del artículo, En el cuerpo residiría una voluntad de poder (p.180). Poder con el cual interactuamos con el mundo y, esta vez las teorías se conectan, donde dicho poder es creación.  Hasta el momento estamos hablando de experiencia perceptiva y práctica, lo que es trabajado por Citro (2006) quien trabaja con la etnografía; Dando paso a la potencia activa y transformadora.
Se prosigue en el paper con la experiencia encarnada, sobre la crítica al paradigma textualista y representacional, citando a autores como Bourdieu en lo referido al habitus. Aquí nuevamente, se hace alusión a trabajos etnográficos como los realizados por Jackson (2010) en la aldea Kuranko de Sierra Leona. Otro concepto sobre el cual se hace hincapié es embodiment (Csordas, 1999), el cual hace caso a el entrecruzamiento entre cultura, sujeto en la condición corporal existencial.

Posteriormente, se continúa con la producción de subjetividad y el paradigma estético. Aquí se habla sobre la tercera tensión del paradigma cartesiano del cuerpo (Descartes, sustancia pensante y sustancia extensa, “cuerpo” y “alma”), y las propuestas de los franceses Deleuze, la subjetivación como proceso intensivo, Guattari, la producción de subjetividad son semiológicos significantes como a-significantes y Foucault, la subjetividad conectada a cómo se construye el sujeto. Queda decir que, cuando se habla del paradigma estético se recae en las prácticas generadoras de heterogeneidad y complejidad.

Sobre las potencialidades de un cuerpo de la experiencia en la educación corporal, esta es una compleja multiplicidad constitutiva en la relación de tensión que se sustenta en la teoría anteriormente planteada. Esta noción de cuerpo de la experiencia se basa en el cuerpo vivo que es consciente de sí, a su vez, este cuerpo es vibrátil (Rolnik y Guattari), lo que conecta con la teoría de Deleuze y la intensidad como proceso de <campo magnético> lo que lleva a una multidimensionalidad de la experiencia encarnada. Desde el mismo Deleuze se llega a entender que el cuerpo de la experiencia se compone de fuerzas de padecer o ser afectado y de fuerzas de actuar o de afectar. El vehículo de estas fuerzas mencionadas por Deleuze es el movimiento. Desde Serrés que habla desde la experiencia encarnada de los alpinistas el cuerpo se conoce durante su exposición al mundo y pone en juego sus virtualidades en las más intensas actividades (p. 183).  

Desde las fuerzas o potencias, anteriormente mencionadas, el cuerpo de la experiencia como fuerza o potencia qué estarían en relación y variación, se ve que la Educación Corporal puede activar, a partir de las prácticas corporales (imagino juegos y danzas) acontecimientos que permitan conectar la multiplicidad de afectos y producir heterogeneidades (p. 183). Bajo esta lógica se llega a hablar de un cuerpo superficie  que es cuando un cuerpo de la experiencia aumenta al ser afectado. En consecuencia, esta vez, se habla de cuerpo en performance, que hace alusión a la creación procesual       que es provisional, abierto, expuesto, finito, sensible y reflexivo. De esta forma, a modo de explicación:

Podemos decir que la Educación Corporal convoca al performance de un cuerpo de la experiencia cuando nos incita a asumir procesos de subjetivación, de creación procesual sobre sí mismos y nuestra relación con el mundo, convirtiéndonos en performer con posiciones abiertas, reflexivas, críticas y disposiciones para la auto-observación, la resonancia con lo orgánico y la experimentación (p. 183). 

Por último, se ve el cuerpo de la experiencia como una red plástica, contingente e inestable de fuerzas en relación de tensión (p.184). Y, desde la Educación Corporal, un cuerpo de la experiencia convoca su potencia en el movimiento para formar o transformar nuestras propias sensibilidades (p.184). 

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