viernes, 6 de octubre de 2017

Contextualización socio-histórica preliminar relativa al conjunto de prácticas o dinámicas de subjetivación que se encuentran observando.

Para el siguiente ejercicio se vuelve del todo complejo determinar, aunque sea de manera preliminar, el conjunto de prácticas o dinámicas de subjetivación que observaré, puesto que, en el campo se vislumbra un sinfín de combinaciones entorno a las prácticas y dinámicas. Muchas de estas combinaciones pertenecen al momento, in situ, de la observación. A pesar de lo anterior, probablemente, el conjunto de prácticas o dinámicas que observaré serán juegos y danzas.

Planteado de esta forma, pareciera ser demasiado simple, criticable incluso, pero si la labor de esta entrada es hacer una contextualización de aquellas prácticas o dinámicas de subjetivación a observar, se debe mencionar que aquellas prácticas, juegos y danzas, se encuentran enmarcadas en un modelo educativo no formal, el escultismo, el cual pretende transmitir una serie de principios espirituales, sociales y personales que constituyen un sistema de valores  como la lealtad, perseverancia, buena acción, entre otros, mediante el juego y la práctica, los cuales utilizan como medio el cuerpo y las emociones. El “Manual de la rama Scout”, libro que enseña el método del escultismo, designa como área de desarrollo la corporalidad y la afectividad, así también, el método scout propone como área de desarrollo: la creatividad, el carácter, la sociabilidad y espiritualidad. Desde esta perspectiva, se practica el “aprender jugando”, donde el cuerpo es el principal mediador para esta apuesta metodológica de educación.

Por otro lado, el Contexto socio-histórico del cuerpo en el cual se desarrolla el escultismo es de la modernidad y el capitalismo junto al mundo victoriano. Baden-Powell aprecia a principios del siglo XX una decaída juventud, hija de la revolución industrial, por ende, contaba con todos los elementos dañinos de esta, pobreza, desnutrición, sin ocupación, sin escuela y con una familia enajenada por el trabajo, jóvenes con cuerpos maquinizados y enfermos. Frente a este triste escenario Baden-Powell decide confiar en los muchachxs y proveerlos de un movimiento que tuviera la capacidad, o pretendiera sacarlos de aquella situación. Así el escultismo, nace para ayudar a los jóvenes a ser “mejores personas” y para así construir un mundo mejor. Hoy en día, si bien es cierto no nos encontramos en el mismo contexto socio-histórico en el cual se encontraban los jóvenes de principios del siglo XX, el escultismo sigue pretendiendo lo mismo: “La misión del movimiento scout es contribuir a la educación de los jóvenes para que participen en la construcción de un mundo mejor, donde las personas se desarrollen plenamente y jueguen un papel constructivo en la sociedad” (Manual de la rama scouts, 2016, p.  41). La misión es la misma pero el contexto es diferente, hoy en día los jóvenes se encuentran digitalizados, invadidos por las tecnologías, por ende, el escultismo es una salida a este mundo digital para reencontrar al joven consigo mismo, con otros y con la naturaleza, así también lo son los juegos y la danzas.


Comisión nacional de la rama scouts. (2016). Manual de la rama scouts. Santiago: Guías y Scout de Chile.    

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