domingo, 15 de octubre de 2017

Segunda aproximación etnográfica al campo, reunión scout sábado 14-10-2017

El día estaba soleado y lindo, perfecto para salir, y a las 15:22 hrs me disponía a marcharme de mi departamento rumbo al colegio San Ignacio donde se realizaría la reunión scout a las 15:30. Mi atraso era evidente y en estas circunstancias pareciera que todo conspira contra ti, en este caso la micro se detuvo en varias oportunidades incluso quedándose detenida un tiempo en ciertos paraderos. De todas formas en cuanto llegue al colegio, mi atraso pareció no haber afectado. En cuanto vi por primera vez el edificio del establecimiento, me sorprendió lo grande que era, en seguida pensé que me costaría mucho encontrarlos puesto que el colegio era más grande de lo que imaginaba, de todas formas, fácil no fue. La tropa se encontraba reunida en la entrada del colegio, justo bajo los mástiles. Junto a la unidad, también estaba la compañía y el clan. En cuanto llegue, las actividades de inicio de la reunión habían terminado, ahora lo que continuaba era el trabajo por unidades, así que nos movimos hacia la  parte de atrás del colegio, lugar donde realizaríamos toda la reunión. Ciertamente, era un patio de cemento con una cancha de futbol, el sol llegaba con fuerza sin nada que generara sombra.

Lo primero que hice fue contar el número de troperos que había, era un total de 14 scouts en su mayoría uniformados. En segundo lugar, tomo nota de la formación en línea que pide el dirigente para moverse hacia el otro lugar donde se realizaría la reunión por unidad. Todos los grupos scout, cuando se juntan se distribuyen de una forma determinada, esta forma es revelada mediante un gesto realizado por la persona que está llamando la reunión en ese minuto, gesto que es tomado como una instrucción sobre cómo deben posicionarse, de tal forma, existen varios tipos de formación, la formación de corchete o rectángulo, en el cual los scout formaran un cuadrado o rectángulo a partir del dirigente, esta formación es la predilecta para casi todas las reuniones puesto que tiene la ventaja de que todos se pueden mirar, luego existe la formación en fila a partir del dirigente, la cual se hace saber mediante el levantamiento del brazo hacia adelante con el puño cerrado del dirigente formando un ángulo de noventa grados con su brazo, esta fue la formación usada en aquel momento de la reunión, formación que da la ventaja de mover tranquilamente a toda la unidad ocupando un espacio angosto como una vereda, luego está la formación en herradura, columnas, circulo, estrella, entre otras.

La primera actividad que pude ver, fue una evaluación por patrulla del campamento, que el fin de semana pasado convocó a los muchachos. Ellos solos por patrulla debían evaluar temas como: la cantidad de tiempo libre, calidad y diversidad de actividades, el sitio de campamento, el comportamiento de la patrulla y el desempeño del dirigente. Para esto los jóvenes buscaron un lugar que les acomodara para realizar la evaluación tranquilamente, por ende, se dispersaron en dos grupos. En este momento surge mi primera pregunta, ¿cómo evidenciar y tomar nota de la reunión de patrulla, en esos momentos solos de ellos, sin que les genere una incomodidad? No quería interrumpir un momento íntimo de la patrulla, pero a la vez debía verlos, por lo cual, decido observarlos a la distancia brevemente y luego ir a un lugar donde tomar ciertas notas, todo esto pensando en no importunar aquel momento de patrulla.

El lapsus de tiempo fue corto y principalmente, lo que observe fue que el guía de patrulla generalmente era el centro o el punto de partida de la distribución en la cual estaban sentados, a su vez, escuchaba sus risas y observaba como disfrutaban conversar, seguramente, sobre las anécdotas de campamento. El primer grupo se sentó en un círculo unos frente a otros y el segundo grupo en una línea. Aprecio cuerpos relajados, es
decir, con una actitud tranquila y con el cuerpo en un estado cómodo. Esta era una actividad en reposo y de reflexión, de ahí que el cuerpo de los scout estuviera tranquilo y con postura reflexiva, con cierta actitud contemplativa del pasado. La exposición de la evaluación por patrulla fue escuchada con total atención del público, interactuando a ratos sobre lo que se relataba, la evaluación del campamento fue clara, a los scouts les gusto lo suficiente para concluir que querían volver pronto y quedarse en el sitio más tiempo del que fueron.
A continuación, vino el juego del “toro”, un juego de fuerza física, en el todos formaban un círculo tomados de las manos, excepto un scout que se ubicaría en el centro del círculo, éste scout deberá tratar de salir del circulo rompiendo este. En este juego noto ciertos elementos destacables, respecto del cuerpo queda claro que juegan con fuerza y las posturas corporales correspondientes o posibles dentro del juego, a pesar de jugar con fuerza lo hacen con cariño, cuidando al scout que está tratando de salir del círculo, por último destaca el trabajo en equipo tanto para aquellos que tratan de salir del juego, uniéndose y sumando fuerzas, como de aquellos que componen el círculo juntándose y apretándose cerrando cada vez más el círculo, de esta forma reduciendo y conteniendo mejor al scout que se quiere escapar. Este trabajo en equipo resulta ser innato, no es directamente sugerido en la actividad, sino, es resultado de una conexión innata entre ellos.


Una vez terminado el juego, la reunión prosigue con una lectura de las aventuras de Kim, que es una historia de Kipling que tratan sobre Kimbal O’ Hara el hijo de un sargento del regimiento irlandés en la India que queda huérfano. En la historia, Baden-Powell ve muchas cosas de cómo es o debería ser un scout. Mientras el dirigente lee, los jóvenes escuchan atentos, con sus cuerpos totalmente comprometidos con la historia, provocando en ciertos momentos algunas preguntas. La enseñanza o motivación tras esta breve lectura es entrenar los sentidos como kim hizo, siendo así, todo scout debe entrenar al máximo sus sentidos, es decir, su cuerpo, para de esta forma estar atento a todo y así siempre listo. Desde este punto queda claro el fuerte trabajo escultivo sobre los sentidos del cuerpo.


Contada la historia de kim, vine la parte de la propuesta metodología del escultismo, aprender por la acción, mediante los juegos, es por eso que se continúa con un juego sobre kim, en este caso un kim oídos, juego destinado para entrenar el sentido del oído, es durante este juego que aprecio como funciona, interactúa o se desenvuelve el cuerpo fijando la atención en un solo sentido, y como entrenando este de una forma didáctica puede dar bueno resultados. El juego consistía en vendar a todos los scout excepto uno, los jóvenes vendados se repartirán en diferentes partes del lugar para que una vez empiece el juego deben atrapar al único scout que se encuentra desvendado, este irá tocando el silbato y haciendo sonar un llavero, así solo mediante el ruido de sus pasos, las llaves y el silbato los scout deberán atrapar al joven, confiando plenamente en lo que escuchan. El cuerpo pareciera verse cojo sin los otros sentido, hasta un tanto torpe, pero si se mira desde la perspectiva de un solo sentido, idea del juego, se puede ver lo maravilloso que puede ser el poder de uno de estos y como pasamos por alto esta habilidades día a día sumergidos en la rutina y en el total de todos los sentidos que nos vuelve difícil percatarnos de uno en particular. Como punto a destacar veo nuevamente el trabajo en equipo innato, en cuanto los jóvenes vendados se topan con otro scout se unen para juntos atrapar al scout desvendado.


La última parte de la reunión fue un taller de nudos, en el se repasaron nudos como el ladrón de manzanas, ocho, silla de bombero, este es un taller de técnica scout basado en la teoría y la práctica, o sea, cómo hacer el nudo, para qué sirve y llevarlo a la práctica haciéndolo. En este taller recuerdo lo mucho que me costaba a mi como dirigente comprometer a los muchachos con la técnica scout, con aprender sobre nudos y amarres, el sin fin de veces que pensé en cómo hacerlo más didáctico para que aprendieran, y esta vez, 
veía a los jóvenes comprometidos en su mayoría con aprender la técnica, todos desarrollando los nudos y aprendiéndolos con ánimo, será mi tiempo con el pañolin colgado lo que hacía que mis ojos vieran algo que a mí me costó mucho, o presenciaba una actividad mejor planteada de como yo lo había hecho, lo cierto es que los jóvenes tenían cuerpos comprometidos con la acción, todos realizando y aplicando los nudos. Para concluir la reunión, nuevamente se juntaron las unidades para cantar unas últimas danzas y luego marcharse a casa. La reunión término en la entrada del colegio, mismo punto en la que partió, a las 18:30 hrs. Aprecio en el interior del colegio la bandera de la compañía de Jesús, o de los Ignacianos, y la del vaticano, a su vez, al costado del colegio la construcción de lo que será la capilla. Luego de marcharme, llegue a las 19:10 a  mi departamento.

En esta reunión surgieron algunas preguntas importantes de dilucidar pronto, preguntas metodológicas sobre mi aproximación al campo. ¿Cuánto debo interactuar? ¿Cuánto observar? ¿Cuánto intervenir? En el texto de Wacquant, L. (2006). Entre las cuerdas: cuadernos de un aprendiz de boxeador, vemos una etnografía donde el investigador se entrometerme totalmente en el boxeo, siendo el participe y describiendo su práctica, de ser así, desde esta experiencia bibliográfica mis acercamientos al campo deben ser mucho más participativos y no planteados desde la observación, sino, más bien desde la participación y mis experiencias. La duda queda planteada para resolverse próximamente en clases. 

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